Karl Popper comenta que:
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El método científico no existe.
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En general, las disciplinas no existen.
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No hay ramas del saber, o más bien de la investigación. Incluso los estudiantes serios se dejan engañar por el mito de la asignatura.
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No existe método para descubrir una teoría científica.
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No existe método para cerciorarse de la verdad de una hipótesis científica.
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No existe método para averiguar si una hipótesis es «probable» o probablemente verdadera.
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Las teorías científicas se distinguen de los mitos simplemente en que pueden criticarse y que están abiertas a la luz de las críticas. No pueden verificarse ni probabilificarse.
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No cree en las modas, corrientes de opinión, tendencias, escuelas, en la ciencia ni en la filosofía.
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La doctrina de que hay tanta ciencia física como matemáticas contiene, o tanta ciencia como medición o «precisión» hay en ella, descansa en un total malentendido.
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No cree en la especialización ni en los expertos.
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Sólo hay problemas y el impulso a resolverlos.
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No hay más camino hacia la ciencia o hacia la filosofía que encontrar un problema, ver su belleza, enamorarse de él, casarse con él y vivir feliz con él hasta que la muerte los separe.
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O sólo que encuentre otro problema más fascinante o la solución; pero si encuentra la solución, descubrirá encantadores problemas hijos por cuyo bienestar puede trabajar hasta el fin de sus días.